En los próximos años, aunque ya lo vivimos hoy, la financiación bancaria para proyectos inmobiliarios no será suficiente para acometer promociones, ya que se está reduciendo y las condiciones cada vez son más rígidas. A finales de 2020 conocíamos que la banca ha comenzado a exigir preventas de hasta el 60% para promotores medios.
Es una realidad dura, pero es necesario estar preparados para ese momento. Es tiempo de buscar soluciones, anticiparnos a la llegada de esta nueva situación.
La tecnología es un aliado, también en el sector inmobiliario. Hemos avanzado poco en el real estate por lo que el camino está lleno de oportunidades. Nuevas formas de financiación mediante el crowdfunding son parte de este futuro. También, una de estas oportunidades, es el desarrollo de Saas que permitirá a las promotoras disponer de un entorno digital propio. La pandemia, sí, pero la realidad del sector, también, nos obligan a modificar las formas en las que promotoras e inversores se relacionan. Somos capaces de establecer un ecosistema digital donde las promotoras tengan una relación directa, rápida, flexible y escalable con sus inversores, por tanto, hemos solucionado dos problemas a la vez.
Contar con la tecnología dentro de la relación entre promotor e inversor ayuda también a tener toda la información de las operaciones a la vista, ya sean plazos, datos, riesgo, rentabilidad, etc. Antes era más difícil contar con la total transparencia que brindan plataformas de financiación alternativa. Eso sí, es requisito indispensable que, para operar con ellas, estén autorizadas por la CNMV.
El objetivo final es que, gracias a la tecnología, el promotor disponga de un “club de inversores” con el que establecer una relación directa, digital, estable y fructífera para obtener la financiación alternativa que será indispensable en el medio plazo ante las perspectivas de descenso de la financiación bancaria.